De lo más feo del fútbol, las multas autoritarias e infantiles de los entrenadores.

10.05.2023 00:00 de  MAROGAR .   ver lecturas

“La palabra, lo único que nos queda cuando todo lo demás desaparece”. (Adam Zagajewski).

             Ya parto de la idea de que los aficionados al fútbol son muy partidarios de las multas que los entrenadores ponen a sus jugadores. ¡Dales caña, Capello…!, le decían en aquella época de los “Galácticos” que tan mala fama acuñó. Sin embargo, yo siempre dudé de sus beneficios coercitivos y nunca me gustaron para establecer un orden impuesto más que compartido. Y lo más lamentable es que, incluso, lo practican los entrenadores de niños entre 12 y 13 años, a veces son dinerarias o a base de dar vueltas al campo, flexiones de brazos o tandas de abdominales: Por llegar tarde, por incumplir no sé que normas de las 200 establecidas sin ton ni son, etcétera. 

            Alguna vez tuve que “sancionar” el incumplimiento de alguna pauta establecida y me limité a hacer partícipe a todo el equipo de un ligero “castigo”. Este puso en tensión a todo el bloque de equipo y el problema enseguida desapareció, el resto de compañeros hacían cumplir al “desordenado” las pautas fijadas... Pero no volví a intentarlo… Aunque puedo asegurar que no hubo necesidad de ello…

            Hace no tanto que se publicaron las multas de Steven Gerrard para los jugadores del Aston Villa, por no llevar chanclas en la ducha, prohibiendo el “kétchup” incluso. Allí las libras valen poco: 50 por día cada vez que un miembro del equipo se olvida llevar pasteles para celebrar un cumpleaños, 500 por llegar tarde al entrenamiento, y 1000 si es día de partido. 100 por la no utilización de chancletas en la ducha, por dejar tirados restos de tabaco de mascar unas 200 libras; si se es expulsado por tarjeta roja tendrá que pagar una comida al equipo; dejar los cubiertos en la mesa del comedor serán 100 libras por artículo; el estacionamiento ilegal dará lugar a multa de 100 libras; llegar tarde a una presentación comercial costará 250 libras; etcétera. Incluso se comenta que las multas de Frank Lampard son aún más duras. Y coincidirán conmigo que parece de risa pues para llevar dicha contabilidad se necesitaba un auxiliar de oficina.

           “¡Dales caña, Capello!”. Apareció el entrenador italiano hasta dos veces para entrenar al Real Madrid. Fuera como fuese, su aparente rigidez mental, su estilo intimidatorio, su dirección autoritaria, creo que es más el celofán con el que la prensa revistió su gestión. Sin embargo, en la práctica, Capello fue un excelente entrenador, con sabiduría para elegir a sus jugadores y para sacarles el máximo rendimiento en una competición. No recuerdo, sin embargo, que utilizara ningún sistema de “castigos” para conseguir un mejor rendimiento en el bloque y cumplir las instrucciones típicas de un equipo de fútbol.

            Se habla también en estos términos del siempre controvertido José Mourinho. Y, siendo un hombre muy exigente en los comportamientos, sus equipos siempre rindieron de una manera muy intensa sin que salieran a la luz prácticas indebidas sobre asunto de castigos, multas y críticas. De hecho, eso era algo que a mí no me gustaba, salía a relucir la crítica pública a los suyos. Conociendo las prácticas de Van Gaal, que presumía de “directo”, de sincero, es una copia de aquel estilo holandés que tanto se prodigó en su momento. Cuestión que fue muy típica de Rinus Michels, de Cruyff y de Van Gaal, que transmitió ese estilo impertinente a José Mourinho. Pero no recuerdo ningún anuncio de multas fuera de lugar, aspecto negativo para mí en el devenir de un equipo de fútbol. Suena a juego de niños…

           Alguna vez escuché a Vicente del Bosque que consultaba muchísimas cosas a sus jugadores, aparentemente todos opinaban, pero en la realidad se hacía lo que el entrenador creía conveniente en cada momento decisivo. Por supuesto, su estilo de dirección era más bien “laissez faire” (dejar hacer) y en ningún momento se violentaba ninguna voluntad poniendo multas a voluntad del entrenador. En el fondo, a mí el asunto de las multas me parece una práctica “ofensiva” que no se corresponde con la gestión de gente responsable y madura. 

          Yo trabajé casi 50 años en una Institución fuera del fútbol, en algunas épocas conviviendo con más de 2.000 personas profesionales. Nunca se hubiera aceptado que los que llegaban tarde por la mañana pagasen una “multa de 50 euros”; o por haber estado la noche anterior de fiesta abonar “una aportación de 100 euros”; o cosas así… Serían prácticas inaceptables en una empresa productiva, ni siquiera en el colegio se aceptarían posturas que rayaban en la “chorrada”... Como luego algunos dirían a la hora de jugar: “Esto no es fútbol”.

         10.mayo.2023.