"El falso 9, reinventado". 2 de n/.
Últimamente han proliferado muchos libros de fútbol, centrados demasiado en futbolistas y entrenadores, pero con demasiados aires propagandistas, comerciales, poco profundos en las esencias futbolísticas que, por lo menos, a mí me interesan.
En este caso, Perarnau se agarró a la percha ganadora de Pep Guardiola y nos ha ayudado a vislumbrar aspectos históricos que habían quedado ocultos en el tiempo como esas urbes antiguas que sus arquitecturas fueron "entoñadas" por otras más modernas que se superponen y creadas por civilizaciones en evolución.
Nos sorprende en su libro con lo del "falso 9" y nos aleja de la vieja idea de que este invento táctico es una modernidad: "La evolución táctica del fútbol 1863-1945: Descifrando el código genético del fútbol de la mano del "falso 9". Ya he explicado en otros apuntes temporales anteriores que incluso yo llegué a utilizar esa figura en muchas ocasiones en los años 70, en realidad, en mi caso, asumí un concepto que entresaqué del baloncesto sin otros antecedentes: "Nueve flotante". (De aquella figura que ya no existe del pivot flotante, y que ahora no lo escuchamos)
Denominación que tanto le hizo gracia al propio Vicente Del Bosque cuando me leyó en uno de mis libros que me comentó en su día. En mi caso, como consecuencia de no disponer en uno de mis equipos juveniles de la figura de un 9 rematador, opté porque los extremos (El 7 el 11) jugasen "a pierna cambiada", casi una cuestión contracultural en los años setenta y que motivó críticas oportunas también. Y es que en aquel momento no me interesaba tácticamente que el extremo derecho, o izquierdo, hicieran jugadas hasta el fondo del campo para, finalmente, centrar al medio del área de penalti esperando el remate del eterno 9 cabeceador, antiguo ariete al uso. Sin embargo, elegí que el zurdo jugase desde la derecha, o el derecho desde la izquierda, prescindieran de los avances por la banda, penetrasen en diagonal a posiciones más centradas y desde allí tuviesen la portería más a tiro, más diáfana, por ampliación del ángulo de visión.
"La mente que se abre a una nueva idea jamás regresa a su tamaño original". (Albert Einstein), prologaba previamente Perarnau: "El "falso 9" es un delantero centro que retrasa su posición de manera sustancial para conseguir uno o varios de los siguientes objetivos: Evadirse de la vigilancia de los zagueros adversarios. Arrastrar fuera de su zona de influencia a dichos zagueros. Liberar espacios para la penetración de sus compañeros. Colaborar activamente en la organización del ataque. Provocar dudas y confusión en la zaga contraria. Generar una permanente superioridad numérica, posicional, cualitativa o dinámica a favor de su equipo en el centro del campo".
De acuerdo, pero el equipo siempre requerirá que alguien "llegue allí con contundencia operativa", así lo aseguraba Cruyff cuando desde el 9 viajaba a zona del 11 (Curiosamente no lo practicó lo mismo con el 7) y por el "hueco" dejado acudía un centrocampista central, Neskeens en aquellas ocasiones, constituyéndose en el auténtico delantero centro rematador, que nunca "estaba" pero siempre "llegaba" a la máxima velocidad sin marcajes. (Tristemente, recibimos la noticia del fallecimiento de Neskens a primeros de octubre de 2024). Como más tarde, siendo Cruyff entrenador, los centrocampistas Amor y Bakero ejercían de 9 rematador, en momentos, incluso con Laudrup actuando de "falso 9" aunque en la faceta que más dominaba como era el juego y distribución de balón..
"Quizá se mostrará manso y despistado, aparentando camuflarse de centrocampista vagabundo, y se alejará de la portería con maniobras sutiles de engaño, pero su mente se mantendrá siempre enfocada hacia la consecución del gol. El gol es, repitámoslo, su objetivo fundamental. Como nos dijo Pep Guardiola, "un falso 9 sin gol no es un verdadero falso 9".
(...) "Efectivamente, no puede quedarse en una mera actuación estética sin tener en cuenta el objetivo final de la cuestión. "Alejarse del área aparentemente es contradictorio con marcar goles. El "falso 9" es un verdadero delantero centro, aunque no viva en el área y solo la pise para marcar gol. Por todo ello, el "falso 9" debe definirse como una función y no como una posición". Pero, recordemos, no es una figura estética sino práctica.
Aunque remache conceptos, el gran público nunca aceptó de buen grado al "falso 9" sino que siempre quiere un delantero centro, el de antes, el de siempre, que esté allí, perenne, esperando y buscando "centros a la olla", y pasan factura crítica a los que no se pliegan a esas exigencias. Que le pregunten a Benzema en sus primeros años ejerciendo en el Real Madrid. Nunca una crítica fue tan agresiva, tan "babosa", tan contundente, hasta que en los últimos años Benzema fue un ejemplo a seguir de "delantero moderno". La perspectiva del tiempo clarificó todas las dudas... Aunque tuvo que confirmar con goles su eficiencia.
Salamanca, 18. NOVIEMBRE.2024.