"El falso 9, reinventado". 6 de n/
"En otras palabras, no encontraremos en esta historia del "falso 9" a ningún futbolista torpe, de técnica rudimentaria o carente de gran visión estratégica y táctica, sino todo lo contrario: hay que ser muy bueno para asumir la función del "falso 9", dado "que influye en todas las direcciones y en todos los espacios del juego cercanos al área adversaria".
(...) "De ello se desprende un último rasgo característico y común a todo "falso 9". Es el delantero que, en un momento dado de gran emergencia para su equipo, también podría ubicarse de inmediato como organizador del juego, ocupando el rol del mediocentro si hiciera falta. Así es y así ha ocurrido a lo largo de la historia. Todo aquel que haya tenido la fortuna de presenciar en directo el juego de Cruyff, Di Stéfano, Bobby Charlton o Gerd Müller, o con anterioridad pudo ver a Sárosi, Pedernera, Hidegkuti o Don Revie, certificará que todos ellos fueron grandes delanteros, espléndidos goleadores y formidables "falsos 9", pero igualmente aceptará certificar que todos ellos podrían haber jugado como mediocentro si su equipo lo hubiera requerido".
(...) "Y, de hecho, varios de ellos lo hicieron a menudo. ¿Por qué no te quedas quieto? José Piendibene fue el primer "falso 9" de la historia, pero nunca habló de ello, ni describió las razones por las que, como delantero centro de Peñarol y la selección uruguaya, decidió retrasar su posición, creando el ataque en abanico o en V. En cambio, sí lo hizo el inglés Norman Bullock, un modesto delantero del Bury FC, que se convirtió en 1925 en el segundo futbolista en jugar como "falso 9". Es interesante recordar cómo se definía Bullock a sí mismo: "Yo no fui un delantero centro al modo clásico. Fui un trabajador infatigable al que siempre movía un impulso casi incontrolable por tener la posesión del balón... La mayoría de los delanteros centro del momento temía la pelea contra Frank Barson, defensa central del Aston Villa y el Manchester United..."
(...) "En el transcurso de un partido, Barson gruñó en mi oído: "¿Por qué no te quedas quieto? Me estás arrastrando fuera de posición todo el tiempo". Ochenta y cuatro años más tarde, Leo Messi llevó la figura del "falso 9" a su apogeo. En una memorable actuación, el F. C. Barcelona venció por 2-6 al Real Madrid en mayo de 2009 y Messi quebró todos los planteamientos defensivos del equipo madridista, hasta el punto de que uno de los dos zagueros centrales del Madrid en aquel partido, el alemán Christoph Metzelder, acabó reconociendo: "Fabio (Cannavaro) y yo nos dijimos: "¿Qué hacemos? ¿Le seguimos al mediocampo o nos quedamos atrás?". No supimos qué camino tomar y fue imposible pillarlo".
(...) "Es decir, básicamente les ocurrió lo mismo que a Frank Barson ante Norman Bullock en 1925 (comentarios similares se han repetido a lo largo de la historia del "falso 9". También resulta sintomático ver cómo Messi se define a sí mismo: "Siempre dije que no me consideraba un delantero...". ¡Lo dice un goleador insaciable, con más de setecientos goles en su haber! Un jugador capaz de marcar noventa y un goles en un año (2012), pero que se califica a sí mismo como "no delantero".
Por mi cuenta y riesgo, apunto que Ramón Grosso fue un delantero propiedad del Real Madrid y que llegó a jugar en el Atlético de Madrid, cedido, para ayudar a que el equipo colchonero no bajase de categoría en aquellos momentos. Sin duda, Grosso era un delantero muy esforzado y eficaz, pero era un modelo a seguir como "falso 9", que llegó a sustituir con el tiempo a Di Stéfano en el Real Madrid. Y que en algún tiempo, mediante cesión al Atlético de Madrid, éste pudo favorecerse del juego consistente de Ramón Grosso.
(...) "Detrás de las definiciones de Bullock y Messi anida toda la realidad del "falso 9". El trabajador infatigable que desea tener el balón en su poder, el atacante astuto que arrastra a su marcador fuera de las posiciones estereotipadas, el goleador implacable que no se siente delantero, ni está en el área, y que aparece en ella únicamente para inyectar su veneno mortal... Piendibene y Messi, en el siglo transcurrido entre 1910 y 2009, interiorizaron el concepto del "falso 9", al igual que han hecho otros tantos formidables jugadores durante esos cien años de existencia de la función. Piendibene abrió con su intuición un camino inédito y novedoso al que Bullock aportó - con sus palabras - la simiente de un corpus de trascendencia fundamental para la evolución del fútbol, y Messi le añadió amplitud, profundidad y eficiencia hasta convertirse en el paradigma absoluto del "falso 9": un jugador que no se considera delantero y, sin embargo, es el máximo depredador del área. Una función sin nombre. Es muy significativo observar la evolución etimológica del "falso 9".
Por cierto, por la manera de ubicarse en el Real Madrid el delantero Mbappé, ¿podríamos asegurar que juega de "9 falso"? Sinceramente, deberíamos flexibilizar nuestra mentalidad, del mismo modo que cuando juega en banda no acabo de verlo como extremo izquierdo...
7.febrero.2025.