EDITORIAL: "¡A MEJORAR LA PIERNA INHÁBIL!"
¿Por qué los locutores de un partido de fútbol siguen diciendo, ante el fallo del futbolista, que golpeó con su pierna mala ? Parece una disculpa inaceptable en un deporte profesional, dando por sentado que el futbolista sólo domina una parte de sus herramientas fundamentales para manejar el juego. La pierna mala no es que tenga una pierna lesionada, sino que no sabe manejarla adecuadamente. Aunque lo peor es cuando el futbolista no golpea bien ni con la pierna buena. Solamente tenemos que fijarnos en los especialistas que actualmente sacan los córneres a balón parado con un índice de fallos demasiado elevado.
Porque los golpeos pueden ser dificultados por los contrarios y llegan a errarse por dicho motivo. Pero, en un corner o en un tiro libre a balón parado ¿Por qué tanta imperfección? Es cierto que el balón, consecuencia del mal tiempo y estado defectuoso del terreno, puede llegar a pesar más de los 396 a 453 gramos que indica el Reglamento; lo que dificulta los golpeos y los desplazamientos del balón. Siendo más dificultosos sobre todo en las edades de cadete o juvenil, no digamos en edades anteriores. Incluso, hasta disculparíamos el uso de la puntera en lugar del empeine.
En general, los golpeos deficientes tienen su origen en un mal equilibrio; más bien, en profesionales, debiera ser un problema de concentración y no de calidad, aunque tales cualidades habrá que mejorarlas también. Del mismo modo, la lateralidad del jugador es el otro factor distinguido por cuanto a un zurdo descarado le cuesta golpear con la pierna derecha así como el manejo en corto del balón; o viceversa cuando los derechos quieren tocar con la pierna izquierda. No sé muy bien por qué, pero los entrenadores de profesionales entienden que su misión a ese nivel no es la del mejoramiento de la técnica individual de sus jugadores y menos lo que se refiere al golpeo con la pierna inhábil. Se da por supuesto que los jugadores tienen que llegar totalmente aprendidos a esos equipos y tales enseñanzas se considerarían una gran pérdida de tiempo necesario para otras cuestiones.
Sin embargo, hay varios truquillos que los futbolistas deberían practicar a diario lo que supondría una mejora evidente de su técnica con la pierna mala. Cuestión que no se resuelve sólo con la teoría sino con la práctica continua. De ahí que se vea a jugadores que intentan el golpeo con la pierna inhábil (la mala) yendo al encuentro del balón con auténtico pánico, con los brazos caídos a lo largo del cuerpo, como escayolados, que cuando intentan el golpeo casi se giran en redondo como un bailarín y les entra la sensación de ridículo porque van convencidos de que van a fallar
Y todo porque no adquirieron los hábitos necesarios en su día, los jugadores no tienen la técnica aprendida donde los brazos equilibran siempre la acción del cuerpo y, lo más importante, no controlan con precisión la colocación del pie de apoyo. Con estas dos premisas, el jugador debiera ponerse frente a una pared, o una valla, y empezar a golpear con la pierna inhábil en distancias cortas, despacio, sintiendo el balón tanto con el interior del pie como con el empeine. Normalmente, el pie de apoyo tiene que coincidir con el balón, al lado mismo y paralelo a él, para golpeos cortos y próximos. Al mismo tiempo que hace el apoyo del pie, debe extender el brazo del mismo lado por delante y por encima de la cabeza. (Exagerando al principio este gesto hasta que se haga con naturalidad, repitiendo una y otra vez). A base de repeticiones, la seguridad en el golpeo aparece y la acción se convierte con el tiempo en un gesto natural.
El jugador que actúa de manera tan guiada tendrá una sensación incómoda, insegura porque descubre un aspecto débil de su técnica. Incluso, si tuviera que pensar el movimiento conjunto, no acertaría ni a dar el balón. Pero sigamos desmenuzando cada gesto para practicarlo pausadamente, uno a uno Sería como en la conducción de un automóvil; al principio se amontona el trabajo y cuando se adquieren los hábitos consiguientes, los movimientos acaban realizándose sin pensar Quedan grabados todos los gestos, los reflejos condicionados, y se reacciona adecuadamente incluso en momentos de urgencia, mejor cuánto más práctica se tiene.
¿Dónde se mira, al balón, a la portería o al compañero ? Al principio, es mejor fijarse en la posición del balón, no perderlo de vista y sobre todo realizar bien el acompasamiento del pie de apoyo con el brazo del mismo lado. Este matiz es fundamental. Más adelante, la coordinación entre el ojo y el gesto de golpeo vendrá solo, porque se acabará golpeando el balón atendiendo tanto la posición del balón como el objetivo del golpeo, pase, tiro, etc.
Es verdad que con el balón en movimiento cuesta mucho más el cálculo de donde pongo la pierna de apoyo. Esa coordinación se aprende con el entrenamiento. Porque si el pie de apoyo queda alejado del balón en el momento del golpeo, el tiro a puerta saldrá por encima del larguero pues la cabeza queda más atrasada que el balón. Mientras que, si se quiere tirar raso, habrá que ajustar al máximo la cercanía del pie apoyado a la altura misma del balón y la cabeza en la misma vertical; incluso por delante Todas esas variantes requieren varias sesiones
Lo que no se practica constantemente, no se domina bien, y lo que no se domina bien se aplica poco y con temor. Esta es una máxima, para el fútbol y para cualquier otra actividad de la vida normal. Por ser más sutil todavía, la dirección del balón será justo la del pie de apoyo... Según apunta éste, el balón saldrá hacia esa dirección si es que el resto de coordinaciones funcionan correctamente. De lo contrario, seríamos como escopetas de feria donde nada está en su sitio correcto.
Para ser un buen futbolista, las dos piernas tienen que ser buenas, el dominio de ambas es un objetivo fundamental, las dos deben tener habilidades adquiridas y la práctica insistente permitirá la grabación de gestos positivos en la cabeza del futbolista Luego, aquellos mecanismos se ejecutarán con la destreza que hayamos sido capaces de asimilar.
MAROGAR