Golpe herético en el fútbol: la puntera
Existe una corriente de pura ortodoxia en la manera de jugar al fútbol, de amortiguar la pelota, de golpear el cuero, de conducir el balón para conseguir el gol deseado. Y existen personajes que agrandan los defectos, igual que las virtudes, aludiendo a lo establecido, a lo ortodoxo.
En realidad, el fútbol se puede jugar de muchas maneras y no existen estándares acuñados de por vida. No digamos en lo que se refiere al manejo de la pelota. Por otra parte, se está recurriendo a la crítica fácil por cuanto, un equipo que fue capaz de doblegar al contrario con un 74% de posesión parece que no tuvo el control del partido. Y, además, se le critica porque nunca jugó en equipo. Me parece todo un contrasentido.
Pongamos por caso el gol de puntera – esa acción imprevista, rápida, instintiva e infantil – que tuvo momentos gloriosos y decisivos, aunque se le dé un valor estadístico bajo. Porque no existen registros sistemáticos ni base de datos públicos en los que se clasifican los goles según la parte del pie utilizada: empeine, interior, exterior, tacón o puntera. Como mucho, se precisa si fue con pie derecho, izquierdo, cabeza, balón parado, contraataque, después de jugada combinada. Así como la zona de remate. En todo caso, la estadística nunca acabará de registrar todos los gestos que se utilizan en el desempeño del juego del fútbol.
Sin embargo, la memoria colectiva recuerda aquella acción de Ronaldo Nazario (Mundial 2002) que goleó a Turquía de puntera pura. Igual que Romario, Benzema, Luis Suárez, etcétera. La puntera es una insurrección técnica, es inteligencia súbita, clandestino. En suma, es un golpe herético. Golpe seco, inesperado, mínima preparación, máxima sorpresa. En ese arte de lo instantáneo, el dedo “gordo” debe estirarse hacia arriba en el momento del golpeo para que con la “yema” del dedo contacte precisamente en la esfera superior del balón. El balón toma una trayectoria confusa, primero sube y luego baja con gran velocidad, lo que confunde a cualquier portero avezado. Por otra parte, la manera de utilizar la puntera predispone para no estropear ninguna uña demasiado crecida.
También recuerdo que Cristiano Ronaldo llegó a utilizar la puntera para marcar goles, en 2014, Champions League, contra Schalke, jugada de velocidad y con puntera seca resolvió. También Messi contra el Getafe (2007), o contra Nigeria (Mundial 2018); o el mismo Z. Zidane y Pelé, éste contra Suecia (Final Mundial 1958), segundo gol del 5-2 conseguido. Ya en los 60 con el Santos había aprovechado en ocasiones el golpe de sorpresa.
Este arte hereje de la definición sorpresiva, tuvo también protagonistas menos nombrados: José Luis Morales con el Levante y contra el Barcelona, Valdo en su época de Osasuna marcando a Casillas en el minuto 89 contra Real Madrid en 11 abril 2004, Portillo del Real Madrid en el 2003 contra Borussia Dormund, Rubén Rochina del Granada, en su partido contra Athletic en mayo de 2022, Turu Flores, una pillería cuando jugó en Deportivo de La Coruña contra Deportivo Español.
Como vemos, el fútbol tiene esferas de conocimiento muy en el aire, aquello que no se publicita parece que no existe, pero yo soy muy partidario de este golpeo para momentos espontáneos, imprevistos, para utilizarlo como un recurso de la técnica florida. Golpe heterodoxo pero eficaz sin es bien utilizado.
Salamanca, 24. Abril.2025.