EDITORIAL: "LA HACHITA"

La hachita es una acción técnica nada convencional. Como ocurre con la puntera, suelen catalogarse como recursos de la técnica. De hecho, ninguna llega a figurar en textos especializados ni en los manuales formales de fútbol. De hecho, hasta es difícil encontrar un texto que indique cómo se golpea de puntera a un balón, quizás porque esta manera de tratarlo está muy mal visto hasta a los jugadores más elementales; cuando resulta que dicho golpeo, bien ejecutado, puede ganar también partidos. Por cierto, en el fútbol sala, esto ocurre con asiduidad y gran eficacia. No quiero olvidarme de que Ronaldo marcó un gol de puntera en los Mundiales de 2002, en Corea, y nadie se planteó si fue estético o no. Y el gol subió al marcador.
Las primeras hachitas las comencé a ver en imágenes televisivas que nos llegaban desde Argentina. Aparecía allí un jugador pequeño, muy habilidoso, que conseguía penetrar hasta la línea de fondo trasladando el balón por el sector derecho y, en una situación imprevisible, con oposición de varios defensas, lograba centrar a la máxima velocidad con la pierna izquierda ¿Con la pierna izquierda y desde el lado derecho? Aquel jugador privilegiado era El Pelusa Maradona. Efectivamente, a la máxima velocidad y partiendo de la situación del balón, colocaba el pie derecho cómo último apoyo antes del golpeo. Lo que pasa es que, lógicamente, el pie de apoyo lo situaba por dentro del balón, a la izquierda del mismo.
De pronto, una vez hecho el apoyo con el pie derecho, con su pierna izquierda y con una elasticidad inusitada, la sacaba por la espalda para pegar a la pelota con el empeine exterior. Aquello más bien parecía un golpe de torniquete, la pierna hábil hecha un ocho, sin embargo resolvía un pase ejecutado con fluidez y elegancia. Equilibrando con los brazos para que la posición del cuerpo mantuviera su naturalidad y no cayera al suelo consecuencia del sobreesfuerzo. Esa manera de atacar el balón a la velocidad del juego y, por lo imprevisible, resultaba un golpeo realmente difícil, excepcional, sólo era posible realizarlo por los elegidos de este deporte
Es curioso que a La Hachita ahora la llaman Rabona. Quizás porque existen crónicas antiguas donde relatan que se saca el golpeo por detrás del rabo . Es posible que, de ahí, pudiera proceder el nombre alternativo. Movimiento que, como muchos otros, tuvo su origen en Brasil, inventado por jugadores zurdos obligados a jugar en la banda derecha. Al tener que centrar con una cierta eficiencia, a falta de manejo de la pierna derecha, utilizaban la pierna hábil con esa figura rebuscada y casi anti natural.
El jugador Rivaldo, jugando en el Barcelona y también en la Selección brasileña llegó a afirmar: Tengo más confianza en mi rabona que en mi pierna derecha. Aunque se asegura que el rey absoluto de la rabona debe considerarse a Claudio Daniel Borghi, en su madurez técnica como futbolista. Nacido en 1964, se formó en las divisiones inferiores de Argentinos Juniors y llegaron a considerarlo el sucesor de Maradona. Otros practicantes de La Hachita eran muy efectivos: Juanito, Redondo, Rivaldo, Tote
Y haciendo memoria, los antiguos entrenadores recordarán a Héctor Núñez jugando en el Valencia y atreviéndose a golpear en el centro del campo cubriendo grandes distancias con un pase de rabona, allá por los años 60. Es casi imposible ver descrita esta jugada en manuales, enciclopedias y cromos Aunque, investigando por nuestra parte, hemos descubierto la única descripción que he visto escrita en el libro Técnica y Táctica del Fútbol, edición de 1975, de Argentino Geronazzo.
De ahí que haya mantenido el título de esta acción preciosista con su nombre antiguo de La Hachita.
MAROGAR